De puberto a los 18

De los 15 a 17 fueron mis años de libertinaje y perdición. Ya a los 15 años comenzaba a ingerir grandes cantidades de alcohol(cosa de la NUNCA me arrepentiré) con un grupo de cabrones algo mayores que yo.
Del grupo de pedorros que eramos, solo 1 estaba medio ubicado, bueno, en su tiempo era el que siempre me echaba a menos y trataba de no juntarse mucho conmigo. Recuerdo que en una ocasión me comento que yo estaba muy chamaco para andar de sacale punta borracho con ellos, que la neta neta, solamente les daba risa y solamente me jalaban para hacerme alguna pendejada(maldad).
No le hice mucho caso, obviamente. Y es que disfrutar de los placeres que solo se le otorgan a los mayores aún siendo un puberto es la gloria. Digo, a todo chamaco puberto se le antoja entrar a algún putero; ver mujeres desnudas bailando sobre un tubo y tomar hasta ponerte bien pedote es de lo mejor que puede pasar a esa edad.
Siempre que saliamos al malecón (lugar donde se concentra la gran parte de borrachos, familias y no tan borrachos) 3 de los pendejetes de la flota(asi le dice la nacada) se escondían en las partes de atrás de unas dunas que existen en la playa, solamente para drogarse. Después la "autoridad" no decía nada por fumar mota y quemar piedra en pleno malecon, a la vista de todos.(si, en coatzacoalcos, fue al parecer, la primera ciudad en México donde se podía consumir droga en lugares altamente concurridos sin ningún pedo). Después se unieron otros dos cabrones, y al final ya estabamos jalando parejo.
Al principio me resistía, de hecho, la mota no es lo mio, no me gusta y el polvo nos ponía bien pendejos. Fueron pocas veces las que me drogue. A pesar de eso, medio me jalaban para ir a echar desmadre, pero fue un día, que yo de castroso, cuando me ofrecieron, les tire todo el polvo a la arena, hagarre los churrones de mota que tenían y los avente al mar. Según yo, fue el remedio perfecto para que dejaran de joder con lo de fumar mota y meterme madres en la nariz.
En ese momento sólo me dijeron que me pasaba de verga, que pinche culero, que los hice perder lana, que ya se la hiban a cobrar, que chingo mi madre, que vete a la verga, pagame y solamente uno me dio un mega putazo.
Claro, no tardaron mucho en vengarse. Un fin de semana, que obviamente me puse hasta la madre, de esas pedas que no te acuerdas de una puta madre; Me hicieron una muy buena culerada.
Un viejito instructor de yoga me despertó.

ruco tocandome el hombro y meneandome para levantarme:

ruco: Mijo, mijo, mijo.
yo: ausha uasha uasha que pedo
ruco: si te podrías levantar, es que vamos a practicar aquí.
yo: ausha ausha ausha ausha

obviamente me levanto molesto con el maldito ruco.

Después de un rato, empecé a pensar en la situación en la que me encontraba:
Sin cartera.
Sin dinero.
Todo húmedo y lleno de tierra. De esas que te tiran al agua y luego te empenizan con arena.
Y después de mucho caminar y pensar en la culera hecha a mi persona; por el calor intenso que empezaba a sentir en los pies: Me dí cuenta que tampoco traía zapatos.
Fue el remedio ideal para dejar de hablarles y dejar de juntarme con esa clase de gente.
Una cosa es desmadre entre cuates, otra es ya pasarse de verga.